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domingo, 27 de marzo de 2011

Tiempos revueltos


Un periodista recibe de su editor el encargo de escribir un libro sobre San José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. En su investigación recurre a su padre, del que lleva alejado varios años, que había sido amigo de la infancia de José María. Sin embargo Manolo se muestra en principio reacio a ayudar a su hijo, ya que prefiere no remover el pasado. Este es el punto de partida de Encontrarás dragones (There be dragons, Roland Joffé 2011).

Como se puede apreciar, el arranque del film recuerda al de Ciudadano Kane (Citizen Kane, Orson Welles 1941), la reconstrucción de la vida una figura pública a través de una investigación periodística. Por otra parte el pasado oscuro que se irá revelando poco a poco trae reminiscencias de la reciente Incendies, que si bien aquella tenía como trasfondo de la tragedia la guerra civil libanesa, la cinta de Joffé enmarca la trama en la contienda española.

La ambientación de las distintas épocas que recrea es impresionante, con gran atención al detalle. El guión tiene una estructura muy sólida y las interpretaciones de los protagonistas son muy solventes, especialmente de Charlie Cox y Wes Bentley en los papeles de José María y Manolo respectivamente. Completa el reparto principal la otrora chica Bond de Quantum of solace Olga Kurylenko, en un rol correcto pero poco desarrollado para la relevancia de su personaje en la trama. En papeles secundarios encontramos rostros conocidos del cine español como Jordi Mollá o Ana Torrent.

La banda sonora es de esas que se acoplan perfectamente a las imágenes y pasa casi inadvertida para el espectador. Muy buena película en general, a la que solamente se le puede achacar para ser totalmente redonda, el hecho de que le falte algo de intensidad emocional en algún momento que lo requiere.

El director de La misión (The misión, 1986) y Los gritos del silencio (The killing fields, 1984) utiliza como telón de fondo histórico la guerra civil española y la creación del Opus Dei, para desarrollar un drama de ficción con varios temas de interés, donde el principal es el perdón y tangencialmente toca otros como la amistad, la redención y la sinrazón de la guerra.



Leer critica Encontrarás dragones (there be dragons) en Muchocine.net

Reseñada en Sensacine

sábado, 19 de marzo de 2011

El club de los directores malditos


Hay determinados directores a los que el Oscar a Mejor director se les resiste, a pesar de haber hecho muchos méritos para merecerlo, algunos incluso más que otros que sí han recibido la preciada estatuilla. Con el tiempo unos acaban recibiéndolo, otros no lo han recibido nunca, y otros siguen en activo y por tanto aun hay esperanzas.

Uno de los casos más paradigmáticos es el de Steven Spielberg. Hoy día cuenta ya con dos galardones, por La lista de Schindler (1993) y Salvar al soldado Ryan (1998). Sin embargo fue nominado en cuatro ocasiones más antes de ganar el primer Oscar, a saber Encuentros en la tercera fase (1977), En busca del Arca perdida (1981), E.T. (1982) y El color púrpura (1985). Posteriormente a sus dos victorias volvió a ser nominado por Munich en 2005, pero un tercer Oscar quizá pensaron sería demasiado. Algo parecido le ocurrió a su admirado David Lean, que ganó en dos ocasiones consecutivas por El puente sobre el río Kwai (1957) y Lawrence de Arabia (1962), pero con Doctor Zhivago (1965) se quedó sólo con la nominación. Antes de ganar sendas estatuillas había sido nominado en tres ocasiones más por Breve encuentro (1945), Cadenas rotas (1946) y Locuras de verano (1955). Su última nominación fue por Pasaje a la India (1984).

Un caso reciente de justicia tardía es el de Martin Scorsese, que fue reconocido como Mejor Director por Infiltrados (2006) tras otras cinco nominaciones anteriores durante más de veinte años de carrera profesional: Toro salvaje (1980), La última tentación de Cristo (1988), Uno de los nuestros (1990), Gangs of New York (2002) y El aviador (2004).

Sin embargo grandes genios como Charles Chaplin o Alfred Hitchcock nunca fueron reconocidos en esta categoría por la Academia de Hollywood. El inolvidable Charlot recibió dos premios honoríficos, uno en 1928 con El circo por su versatilidad artística, y el otro en 1972 por su gran aportación a la industria del cine. En 1973 recibió el Oscar a la mejor música por Candilejas, pero nunca lo nominaron como Mejor Director. Por otra parte el mago del suspense fue nominado hasta en cinco ocasiones por Rebeca (1940), Náufragos (1944), Recuerda (1945), La ventana indiscreta (1954) y Psicosis (1960), pero no recibió ningún galardón hasta que le otorgaron en 1968 el premio Irving Thalberg, que la Academia concede a personas relevantes de la producción cinematográfica. A Spielberg se lo dieron en 1987.

Ridley Scott, responsable de clásicos de ciencia ficción como Alien (1979) y Blade Runner (1982) aun no ha recibido un Oscar a mejor Director a pesar de haber estado nominado en tres ocasiones: Thelma y Louisse (1991), Gladiator (2000) y Black Hawk derribado (2001). Lo más curioso es que Gladiator fue la triunfadora de su año con cinco galardones pero le fue negado el premio a su director. Este año hemos podido ver cómo David Fincher no sólo estaba nominado sino que además su película La red social partía como favorita y finalmente no ganaron ni la película ni el director. Y además es la segunda vez que le ocurre, ya que con su anterior film, El curioso caso de Benjamin Button, se vio en la misma situación. Parece que Fincher está entrando en este club de directores a los que la Academia de Hollywood se resiste a reconocer su talento detrás de las cámaras.

Reseñado en Sensacine

domingo, 13 de marzo de 2011

Aprendiendo a vivir


Un jubilado inquieto, y gran admirador de El Quijote, decide matricularse en la universidad. Es el punto de partida de la producción mexicana El estudiante (Roberto Girault, 2009), una deliciosa historia de amor, amistad y buenos sentimientos en clave de comedia melodramática. La relación del protagonista con su mujer es la de un matrimonio maduro muy unido que tras muchos años juntos siguen manteniendo la ilusión del primer día, muy similar al caso de Up. Por otra parte está el núcleo argumental, las peripecias de este hombre en las aulas con sus compañeros de clase, todos ellos veinteañeros. Estos jóvenes encontrarán en su nuevo colega a un gran amigo y una fuente de sabiduría e inspiración para encontrarse a sí mismos.

La escasez de medios técnicos se ve suplida con creces por un hábil manejo del ritmo narrativo y un equipo muy motivado que se ha volcado al cien por cien en el proyecto, confiriéndole una enorme fuerza al conjunto. Especialmente el actor principal, el veterano Jorge Lavat, transmite mucho y llena la pantalla con su mera presencia.

A pesar de un inicio bastante arquetípico con algún que otro detalle un poco ñoño, el desarrollo de la película va incrementando la intensidad de las interpretaciones y alcanza varios momentos de emoción en estado puro.

Quien sea sensible a llorar en el cine que vaya a verla con una buena provisión de pañuelos. Es emocionante, positiva y muy agradable de ver.

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Reseñado en Sensacine

viernes, 11 de marzo de 2011

Dispersión de tono


Un periodista con su vida personal patas arriba y un momento profesional de escasa inspiración, se encuentra con un músico callejero que resulta ser un genio venido a menos, debido a ser esquizofrénico, y decide ayudarlo. Esto cuenta Joe Wright en El solista (The soloist, 2009), una interesante historia real, muy correcta en sus formas pero lastrada por una dispersión de tono que hace complicada la empatía con el espectador.

Por un lado tenemos la relación del periodista, admirablemente interpretado por Robert Downey Jr., con su ex mujer, interpretada por una estupenda Catherine Keener, la agresiva ejecutiva de Algo pasa en Hollywood. La relación se esboza de forma que resulta interesante pero no la desarrolla del todo. Por otra parte está la historia del músico, encarnado por un correcto Jamie Foxx, del que se nos desvelan detalles de su pasado a través de varios flashbacks, pero tampoco nos lo cuentan todo y deja la sensación de que falta algo. Otro frente es el de mostrar la cruda realidad de los indigentes en la ciudad de Los Ángeles, pero también como película testimonial se queda en la superficie. Y finalmente la amistad que surge entre los dos protagonistas, que es el hilo argumental principal, no tiene la suficiente intensidad para sobresalir como tema principal entre tanta subtrama.

Esta dispersión de tocar varios palos sin profundizar realmente en ninguno le resta fuerza al conjunto de la película, que por otra parte resulta muy correcta en cuanto a fotografía, puesta en escena y algún que otro momento de poesía urbana generado por la música de violín sonando por las calles entre tanto acero y hormigón de la metrópolis.

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domingo, 6 de marzo de 2011

Tenemos un plan


El habitual guionista George Nolfi debuta en la dirección con Destino oculto (The adjustment bureau, 2011), un thriller de ciencia-ficción basado en un relato del prolífico Philip K. Dick, con guión adaptado por el propio Nolfi. Un joven senador interpretado por Matt Damon, conoce a una bailarina, con el rostro de Emily Blunt, y se enamora irremisiblemente. Sin embargo unos hombres con sombrero, que se mueven en una realidad paralela, deciden que la pareja no puede permanecer unida porque no estaba en el plan establecido, y que si no renuncian a su relación sus vidas fracasarán estrepitosamente.

Las cuestiones de si el futuro está escrito, si la sociedad no es lo suficientemente madura para evolucionar por sí sola necesitando que alguien la guíe, si todo obedece a un plan y no somos tan libres como creemos, son las ideas que dan pie a la trama de la película. El pulso narrativo de su director es firme y el ritmo, a pesar de alguna caída puntual, es bueno y trepidante, especialmente al inicio y al final. El tono del film es como el de las historias de espionaje, con conspiraciones, persecuciones, secretos y demás, pero sin espías. Los miembros de la entidad secreta que trabajan para que se cumplan los planes, tienen un look parecido al de los antiguos agentes de la CIA.

Los efectos especiales están perfectamente integrados en el relato, tanto que no parece que haya muchos pero sí que los hay. Los protagonistas están muy convincentes en sus papeles. En un rol secundario encontramos al veterano Terence Stamp.

Lo único que se le puede achacar a la película es la sensación de que le falta trascendencia, cuando por los temas que trata podría tener, y tampoco aclara algunas cosas. No da la sensación de haber visto una gran película como ocurría con Origen, que siendo también un thriller de ciencia-ficción de mero entretenimiento, dejaba la impresión de haber visto algo de mayor calado de lo que parece a priori.
En resumen Destino oculto es un notable debut para su director y una entretenida historia sobre un hombre que por amor se rebela contra un futuro escrito que él no ha elegido. Romance, intriga y ciencia-ficción adecuadamente combinados son ingredientes idóneos para pasar un buen rato en el cine.

Hoy termina la 8ª Muestra Syfy de cine fantástico, que se abrió el pasado 3 de marzo con el preestreno de esta película, evento al que pude asistir gracias a la invitación que Sensacine sorteó en un concurso a través de Twitter.

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sábado, 5 de marzo de 2011

El sueño se convierte en pesadilla


Espléndida interpretación de Natalie Portman en Cisne negro (Black swan, Darren Aronofsky, 2010). El director recrea una atmósfera muy absorbente que resulta en todo momento inquietante, para contarnos cómo una joven bailarina obsesionada con la perfección de su trabajo, vive una intensa y turbulenta experiencia ante la presión que le supone el hecho de protagonizar el ballet de El lago de los cisnes. Debe interpretar tanto al cisne blanco como al negro. Con el primero no tiene problema pero el segundo es el que le más le cuesta y su afán obsesivo por ser capaz de hacerlo de un modo perfecto le empieza a dar problemas.

El tono de la película es oscuro emocionalmente, y se plasma en imágenes con una textura muy particular de fotografía degradada y predominio de tonos blancos y negros. Este contrastado arco cromático combinado con los movimientos de cámara, le confieren al film una estética electrizante y envolvente.

De la misma forma que Watchmen ofrecía una visión muy primaria y oscura de la naturaleza humana y del mundo de los superhéroes, Cisne negro nos ofrece el lado más sórdido y siniestro del arte, concretamente del mundo de la danza. Sin embargo no resulta negativa en el sentido de que no trata de juzgar a un colectivo ni generalizar unos comportamientos, sino que se centra en el caso concreto de la protagonista. Tanto es así que la película resulta muy psicológica, ya que desde el primer fotograma al último todo se ve según el prisma subjetivo del personaje. Nos adentramos en una mente convulsa y problemática a través de Natalie Portman igual que hicimos con Leonardo Di Caprio en Shutter island y Origen.

En definitiva se trata de una película muy intensa, no apta para todos los gustos, con un trabajo muy meritorio de Natalie Portman, que le ha valido un Oscar, en un registro muy alejado de su imagen en la saga de Star Wars. Un ejemplo de que la perfección sólo existe en los sueños, que si se persiguen de forma obsesiva, se pueden convertir en pesadillas.

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martes, 1 de marzo de 2011

Larga vida al rey


El discurso del rey se ha proclamado vencedora en la 83 edición de los Oscar de Hollywoood con cuatro galardones, a saber Mejor película, director, actor principal y guión original. Es una espléndida película que disfruté mucho cuando la vi. Así como el galardón para Colin Firth como mejor actor lo tenía muy claro, pensaba que la mejor película sería La red social, y el mejor director David Fincher, que por su trayectoria y con este film se merecía más el premio que Tom Hooper, al menos desde mi punto de vista y sin menospreciar el exquisito trabajo de este último. Finalmente La red social se llevó 3 Oscar a Mejor montaje, guión adaptado y banda sonora original.

Parece que Fincher hace sus películas en sentido contrario a los criterios de la Academia. Hace dos años estuvo nominado por El curioso caso de Benjamin Button, una cinta deliciosa con cierto aire a clasicismo y glamour hollywoodense en sus formas, pero en aquella ocasión los académicos decidieron galardonar el cine más independiente y rompedor premiando a Danny Boyle y su potente Slumdog millionaire. Este año ha presentado La red social, que supone un retrato de la juventud de emprendedores de internet, un relato de rabiosa actualidad, moderno, impactante, pero esta vez la Academia se ha decantado por las formas más clásicas y glamourosas de una producción de época como El discurso del rey.

Sobre los Oscar para Christian Bale y Natalie Portman por The fighter y Cisne negro respectivamente, no tengo nada que objetar. Me quito el sombrero ante ambos astros de la pantalla. El apartado técnico ha sido copado por Origen, creo que de forma muy acertada, con cuatro estatuillas en las categorías de mejor fotografía, efectos visuales, sonido y montaje de sonido.

Pixar con Toy Story 3 ha seguido la estela de los clásicos de Disney acaparando los premios de mejor película de animación y mejor canción.